Summer: capítulo 3.
Muchas gracias por los comentarios, chicas. *-* Parece que os encanta Dan, ¿no? xD A mí también.
Summer es, de las tres que ya llevo, la historia que más me gusta. Sé que me va a gustar más que Autumn, aunque aún no haya empezado a escribirlo.Pero mi imaginación fluye gracias a la frase "empujando la nada".
3.- Sibling's rivalry (Rivalidad de hermanos).
Summer es, de las tres que ya llevo, la historia que más me gusta. Sé que me va a gustar más que Autumn, aunque aún no haya empezado a escribirlo.
3.- Sibling's rivalry (Rivalidad de hermanos).
Quedé
con Dan otro par de veces durante la semana siguiente. Me presentó a
sus amigos, me dieron otra vuelta por la ciudad, me mostraron sus
sitios favoritos... Incluso me propusieron hacer surf, pero sabía
que se me iba a dar fatal. Por supuesto, no me libré del coqueteo de
mi querido contertulio, pero aún recelaba de él: sus amigas me
habían avisado de que era un rompecorazones sin compasión.
Al
comenzar julio, el calor apretaba de verdad. Dan y yo charlábamos
bajo una sombrilla en un bar frente a la playa.
-¿Qué
planes tienes para hoy? -le pregunté.
-Ninguno
en especial. Vaguear -se encogió de hombros.
-Podríamos
hacer algo. Fastidiar a mi hermana un rato, por ejemplo -propuse.
-Tentador,
pero desde el día en que os conocí, me da miedo.
-No
te creo.
-Te
lo digo en serio. Me da coraje -se recostó en la silla, con la
pereza típica que da el calor-. Ya sé. Te invito a mi casa:
piscina, helados, una peli... lo que quieras.
-¿Cómo? -aquella
proposición casi me asustó-. No sé si estoy preparada para conocer
a tus padres... -bromeé, con una sonrisa que lo decía todo.
-Tranquila, ellos no
están. Solos mi hermano y yo, como hombres responsables -respondió.
Parpadeé, otra vez
sorprendida.
-¿Solos? ¿Qué edad
tiene tu hermano?
-Veinte.
Sopesé la propuesta un
momento.
-Entonces supongo que
estaría bien...
-¿Eso es un "sí"?
Dude un momento,
haciéndome la interesante.
-Sí -dije al final,
aunque me costó un poco.
-Sabía que no podrías
resistirte a mí -dijo subiendo y bajando las cejas.
No respondí.
Jugaba con el móvil
mientras mi hermana leía. COMO SIEMPRE. Tysh ni siquiera me había
preguntado adónde iba. ¿Por qué? Si le daba igual.
-Tyssa.
-Ahora no, estoy leyendo.
-Solo quería decirte que
me voy a casa de un amigo: piscina, helados... esas cosas.
-Ya, ya -total, que NI
CASO.
Bufé como un gato.
-Espera, ¿qué? -giró la
cabeza hacia mí, dejando de mirar el libro. ¡Aleluya! ¡Se había
percatado de mi existencia!
-Lo que has oído.
Suspiró.
-Está bien. No diré nada
a mamá ni a papá -asentí-. Aunque tampoco te encubriré -dijo,
volviendo a su libro.
-¡Tysh! -exclamé.
Sonó el timbre de la
casa.
-Bueno, me voy -ya estaba
otra vez enfrascada en la lectura, así que apenas cabeceó como
despedida. Discutir con ella mientras leía era ganarse un billete
solo de ida hacia Villasuicidio.
Fui tranquilamente hacia
la puerta, aunque en realidad me moría de ganas de un buen baño en
una piscina. Dan me esperaba, sonriente.
-A las buenas -me saludó.
-Buenos días -respondí.
-¿Has soñado conmigo
esta noche? -me preguntó, juguetón.
-Apuesto a que tú conmigo
sí -afirmé, sin responderle.
-Ya sabes... -susurró,
con tono pícaro y una expresión a juego.
Mi cara de indignación
fue de portada, aunque también me sonrojé.
-¿Qué? Yo no he dicho
nada -dijo, inocentemente.
Le puse cara de reproche,
pero él siguió haciéndose el santurrón.
-Vamos, llévame a tu
casa, ¡estoy deseando refrescarme un poco! -cambié de tema. Había
vuelto a ganarme.
-¡Sígueme o te dejaré
atrás! -empezó a andar más deprisa sin previo aviso.
-¡Espérame! -le llamé,
mientras aceleraba el paso para alcanzarlo.
De camino a su casa, un
montón de chicas lo iban saludando. Todas lo llamaban por su nombre,
muy simpáticas.
-Dan, ¿de qué conoces a
todas esas chicas? ¿Compañeras de clase?
Él desvió la mirada. Me
quedé con la boca abierta. Entre los avisos de sus amigas y su
reacción, até cabos.
-¡No puede ser! -me
asombré.
-Todas ellas... -empezó,
aún sin mirarme.
-... Te dieron calabazas
-adiviné.
-Sí -bajó la cabeza,
algo afligido.
Dan parecía un poco
desmoralizado de repente.
-Vamos, Gallagher, alegra
esa cara. Yo no tengo pensado darte calabazas aún -dije, intentando
animarle.
Aunque aquello solo lo
deprimió más.
-¡Daniel! -exclamé,
viendo que se venía abajo-. Yo... no quería...
-Da igual -sentenció,
abatido.
Gruñí, molesta, y di la
vuelta hacia la casa, a falta de una idea mejor.
-¿Iris? -me llamó.
-Si vas a estar así, Dan,
mejor me voy -amenacé, mientras me paraba en medio de la calle y me
daba la vuelta.
-No quería arruinarte la
tarde... -se excusó, aún derrumbado.
-Mira que tienes la moral
baja -observé.
Él me miró, como si
hubiera dado en el clavo.
-A mí me gusta el Dan
ligón, abierto y simpático, que me dice cosas bonitas y me lanza
indirectas. ¿No puedes traerlo de vuelta?
Él sonrió.
-Así que te gusto
-tanteó.
-No tan deprisa, truhán
-lo frené.
Me miró, mucho más
contento. Parecía haber recuperado gran parte de su confianza en sí
mismo.
-Así me gusta. Ese es el
Dan que quiero ver -asentí, satisfecha.
Se acercó a mí, y me
susurró al oído:
-Gracias.
Me sonrojé y me puse
nerviosa. Pero rechacé rápidamente ese sentimiento. Aún no
confiaba del todo en sus intenciones.
-Anda, mejor vamos ya a tu
casa -resolví, cogiéndolo por un brazo.
-Por todos mis... ¡qué
pasada! -exclamé.
-Gracias -respondió.
La casa de Dan era el algo
más del doble de grande que la mía. No había que ser muy listo
para deducir la diferencia entre su situación económica y la mía.
-¿Eres... rico?
-pregunté, algo cohibida. No es que en mi familia andásemos muy
sueltos de dinero...
-Mis abuelos se partieron
la espalda para ello, y mis padres también lo hacen, así que...
algo así. -respondió.
Abrió la puerta de la
casa y me dejó pasar primero con un "¡Tacháaaaan!" que
provocó que el mastín que tenían saliera corriendo a recibirle.
Dan se agachó a saludarlo efusivamente.
-Iris, este es Wilde, uno
de nuestros perros -lo presentó.
-¿Es que hay más?
-Cada vez que a mi hermano
lo deja una chica, se compra otro -explicó-. Dame un momento, que te
los presento a todos.
Se puso dos dedos en la
boca y silbó.
-¡Eh! Siempre he querido
aprender a silbar así -comenté.
-Yooo te enseño -se
ofreció mientras se situaba tras de mí teatralmente, olvidándose
de todo lo demás.
Me cogió una mano y
empezó a hablar, pero unos ladridos graves mezclados con unos agudos
nos interrumpieron casi al instante. Un dálmata, un caniche toy, un
alaskan malamute y un welsh corgi pembroke.
-¿Y la gordita? -se
preguntó Dan, mirando a los animales y aún cogiéndome la mano.
-¿Nueva novia, Dan? Creía
que ahora se había puesto de moda lo de darte calabazas -acompañó
una voz a los ladridos.
Miré hacia la balaustrada
de arriba, para encontrarme con el chico más guapo que había visto
en mi vida. Rubio, de ojos castaños, con una sonrisa que derretía y
una cara de lo más expresiva. Tenía un aire de conquistador (de
tierras, no de chicas) y una voz que rozaba lo siniestro. Aquello era
lo más atrayente de todo.
-Perdona, Iris, es que mi
hermano también acude a mi llamada cuando silbo -le devolvió la
pulla Dan.
Yo estaba con la boca
abierta y no le escuchaba.
-¿Qué? -pregunté,
volviendo a la realidad, mientras el hermano de Dan bajaba al
recibidor.
-Astrael Gallagher -me
ofreció la mano, y se la estreché-. Dime que mi hermano no te ha
ofrecido ya quedarte a dormir.
-Largo, robanovias -le
espetó Dan.
-¿He oído bien, Dan? -me
sorprendí-. ¿A ti te dan calabazas porque el que les interesa es tu
hermano?
Astrael rio.
-Chica lista.
-Iris Lonnegan. Mucho
gu... -no terminé la frase, pues Dan me arrastraba a la otra punta
del recibidor.
-¡La envidia no es buena,
hermanito! -le gritó Astrael.
-¡Envidia es lo que tú
tienes ahora mismo, hermano! -replicó Dan.
-Dan, ¿por qué nos
siguen los perros? -pregunté mientras él tiraba de mí hasta un
enorme jardín.
-Ah, verás... -empezó.
Acto
seguido, un splash
tras otro sin descanso. ¡Perros al agua!
-Los perros también se
bañan -terminó, con una sonrisa de disculpa.
-Oye, esto promete -le
dije, emocionada. Nunca me había bañado con un perro, y la
perspectiva realmente me intrigaba.
-Pues adelante, estás
invitada. La piscina es toda nuestra -me la señaló con un
movimiento de su brazo.
Abrí los ojos como
platos.
-¿Eso son patos? ¿Y una
tortuga? -me sorprendí.
-Voilà.
-¡Esto va a ser genial!
El siguiente me gusta muchísimo. >w< Es el debut de Shelley, la última de los perros. Y además es muy romántico. *--------------* Y el quinto. MADRE MÍA EL QUINTO.
No puedo esperar para seguir publicando Summer. xD
ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAA ^^ IIIIIH Dan es todo monoso jopé ;w; Me hace gracia la rivalidad que tiene con su hermano lol PERRITOSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS Ojalá pudiera tener tantos perros :'D No puedo esperar al siguiente cap >w<
ResponderEliminarAsdkfalskdjflaksj bien, vale, me relajo, ya empiezo a decir cosas coherentes ewe Dan cada vez es más adorable es que es un chico encantador *-* Cuando le ha dado ese bajón me ha dolido y solo podía pensar "yo te doy todo mi love" Será puñetero que ha conseguido gustarme tanto >w< El hermano, ay dios el hermano, eso explica que al pobre Dan le de tantas calabazas... pero solo porque el hermano sea guapo no pueden hacerle eso! No lo conocen... y si 5 novias lleva será por algo ¿no? 8D (Ahora vas y me dices que solo era porque te gustaban todas esas razas y las querías poner si o si y destrozas mis teorías xD) La fiesta en la piscina promete y mucho, me da que van a pasar cosas divertidas (por favor, que no pase nada triste TwT) Creo que no me dejo nada más, solo repetir que me ha encantado el cap y que quiero leer el siguiente con muchas ganas (Entre mi impaciencia y que tú te emociones con los siguientes... imagínate xD)
ResponderEliminaromg esto prometo. yo tambien quiero bañarme con todos esos perros vregastgftaoiwu que envidia >.<
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