Spring: capítulo 1

Ya estaba yo pensando publicar hoy, y debido a que parece que a Isthar le va a dar un ataque de fangirlismo, os lo traigo. Ah, os aviso, tiene solo 6 capítulos, pero es algo más extenso que Winter.

1.- And the violins play! (¡Y los violines suenan!) N/A: La traducción correcta sería "Y los violines tocan." (...) (...) (...) Pero eso sonaba mejor.
Todo empezó en mi infancia, pero retomé la historia un veintitrés de marzo.
El hipódromo bullía vida. Era justo como el de El Profesor Layton y la Máscara de los Prodigios, que tanto me cautivó. Estaba maravillada con todo: las papeletas de apuestas que volaban al terminar una carrera y caían como confeti, el ruido: los gritos de alegría o de rabia, los caballos relinchando, la gente quejándose... Todo aquello me llenaba de alegría. Como Victoria, pensé. La protagonista de Memorias de Idhún, que se llenaba de energía en un lugar rebosante de vida. Yo me sentía exactamente igual. Estaba contenta, sonriente, prácticamente fascinada. Di vueltas por las gradas, perdida. Aunque por una vez no me preocupó. Sabía que mi tío me encontraría. El lugar era suyo (y aún lo es). Me encaramé a la barandilla, para ver cómo los mozos de cuadras se encargaban de los caballos.
Casi me caigo al verlo.
¿Era él? ¡Imposible! ¡No podía...! ¿O sí? ¿Por eso mi tío me había invitado al hipódromo? Intenté llamarlo, pero me falló la voz. ¿Y si no era él? Odio equivocarme, me habría muerto de la vergüenza, y además, era tan tímida...
-¡Lanna! -oí a mi tío.
Me recompuse. Estaba con medio cuerpo sobre la barandilla, de puntillas. Me enderecé y fui hacia él. Nos abrazamos.
-Tío Mike -lo saludé.
-Cuánto tiempo -comentó-. Feliz cumpleaños.
Sonreí.
-Ya he visto tu regalo -comenté.
-Vaya, yo que tenía esperanza de dártelo en persona... -me fue evidente por su tono que no era verdad.
-Tiíto, mi cumpleaños fue ayer -le dije con cariño y un poco de reproche-. Pero tenía tantas ganas de ver el hipódromo que te perdono.
-Ayer tenías clase, Lanna -se excusó-. Y este lugar queda lejos de tu casa.
-Ya... -suspiré.
-Acompáñame -me pidió.
Le seguí hasta la tierra batida, el campo de las carreras.
-¡Jack! -llamó mi tío, con voz potente.
Jack salió del establo cargado con bridas y el resto de aparejos de caballo que yo no conocía. Se me aceleró el corazón y respiré hondo. Primero miró a mi tío, y al verme a mí se le cayó todo al suelo.
-Lanna... -susurró, sorprendido.
Yo no sabía qué hacer, pero al tenerlo en frente de nuevo sentí que recuperaba de una toda mi infancia. Jack salió corriendo y me hizo retroceder, del impulso, al abrazarme.
-¡Jack! -exclamé. Aún no podía creerlo. Correspondí a su abrazo.
-Lanna. ¡Eres tú! -hundió la cabeza en mi cuello.
Mi tío rió de buena gana, también contento.
-Vaya, vaya, vaya -dijo-. ¿Hacía cuánto que no os veíais?
Nos separamos un poco, para mirar a mi tío, pero Jack no dejó de abrazarme.
-Siete años -respondí.
-Más de media vida -asintió Jack.
Nos miramos, sonriendo.
-Sí, muy bonito -dijo mi tío, cambiando de tono-, pero aléjate de mi sobrinita.
Nos separó del todo. Yo me sonrojé. Jack se disculpó por lo bajo.
-¿Es tu tío, Lanna? -me preguntó Jack-. No tenía ni idea.
-El hipódromo apenas tiene un año -informó mi tío, como si aquella fuese la razón.
-Tienes muchas cosas que contarme -cambié de tema, dirigiéndome a Jack.
-¡Y tú a mí! ¿Por qué no...?
-¿... vuelves al trabajo? -interrumpió alguien que había recogido lo que Jack había tirado al suelo.
-Kyle, es que... -intentó excusarse Jack.
-Nada de excusas -declaró Kyle. Era un adulto con brazos y piernas musculosas, por lo que deduje que nadie se atrevía a hacerle la contraria.
-Puedes tomarte un descanso en cuanto termines lo que estabas haciendo -intercedió mi tío.
-¡Pero, jefe...! -trató de protestar Kyle.
Mi tío levantó un dedo, para callarlo.
-Ayer fue el cumpleaños de mi única sobrina, Fullbuster*, me da igual -zanjó-. Te pagaré tu sueldo más la mitad.
-Entonces vale -aceptó Kyle, más contento. Le devolvió a Jack lo que llevaba en las manos.
-Te esperamos en el salón principal, Jack -dijo mi tío. Me despedí de mi amigo y pusimos camino hacia allí, yo siempre siguiendo a mi tío.
-¿En el salón principal? -pregunté.
-Sí, es donde se reúnen mis empleados para comer.
-Tiíto, no vivimos en el siglo XIX. Aunque lo parezca cuando uno entra aquí.
-Esa es la idea -asintió él.
-¡Pero si Jack trabaja aquí! Tiene trece años, eso es...
-No me digas "ilegal" -me interrumpió-. Muchos menores de dieciséis trabajan en negocios familiares. En todo el mundo.
-Sin remuneración.
-Le doy un sitio donde vivir, una cama en la que dormir y comida para comer. Le sobra.
Resoplé.
-¿Y qué hace aquí?
-Vino buscando trabajo, y, cuando me dijo su nombre, supe que me sonaba de algo... Así que lo contraté.
-Pero, si no lo conocías, ¿de qué te sonaba?
-Tú misma me hablaste de él. Haciendo memoria, lo recordé, y me bastó llamar a tu padre para confirmarlo.
-Y como mi cumpleaños se acercaba, pensaste que era el regalo perfecto.
-Muy aguda.
-Es el mejor regalo que me han hecho en mi vida, tiíto -confesé, con tono de soñadora-. No pensé que me reencontraría con él.
-Bueno, me gusta cumplir deseos -comentó.
Llegamos por fin al salón principal. Aunque estaba decorado acorde al siglo actual, el ambiente recordaba tiempos pasados allá donde mirases.
-¿Tienes hambre? -me preguntó mi tío.
-Sí -yo siempre tengo hambre, si hay de lo que me gusta.
Mi tío no cogió nada, pero yo me senté con dos brownies y un cupcake.
-Chicos, ¿qué nos habéis preparado? -preguntó mi tío, alzando la voz.
-Música, bailes, ¡alegría! -respondió uno de sus trabajadores.
Empezaron a sonar los violines, las flautas, las arpas y los laúdes. Casi todo instrumentos antiguos. Mi tío se había afanado en hacer cuanto pudiese a la vieja usanza.
-¡Que suenen los violines! -exclamó otro empleado.
Comenzó una canción de lo más animada. Mi tío me dijo que bailase, pero yo era demasiado vergonzosa como para hacerlo. Vi a la gente danzar y disfrutar, ellos rieron y yo también. A mitad del primer baile llegó por fin Jack. Se sentó con nosotros, a mi lado.
-Jack, a ver si tú puedes sacar a Lanna a bailar, porque no se deja -le pidió mi tío.
Me ruboricé de nuevo. La idea de bailar con Jack me ponía nerviosa. Sería algo especial, sin duda... Romántico, por qué no.
Él se rió.
-Sí, es muy tímida.
-Calla -le espeté, medio enfurruñada medio divertida.
Se levantó y me ofreció la mano.
-Vamos a bailar -me dijo, con una sonrisa.
Miré a mi tío con cara de reproche.
-Esta fiesta, Lanna -empezó él-, es también mi regalo, y el de mis empleados. Disfrútala.
Me levanté mientras cogía a Jack de la mano. Nos adentramos en el espacio que habían dejado las mesas retiradas y que hacía de pista de baile. Terminamos lo que quedaba de baile y el siguiente, imitando a los que se sabían los pasos. No fue romántico (como yo esperaba), pero sí divertidísimo, pocas veces había reído tanto como aquel día. Tampoco tuve mucha ocasión de estar cerca de Jack, porque íbamos intercambiando parejas, o bailábamos separados. Aunque al final del segundo baile, a él y a mí nos empujaron para reunirnos. Nos cogimos de las manos justo para frenarnos. Quedamos tan cerca el uno del otro que, inevitablemente, me puse roja.
-¿Por qué te sonrojas, Lanna? -me preguntó Jack-. Nos conocemos desde hace mucho, es como si yo fuera un extraño para ti.
-Sabes que soy muy tímida, y... -no terminé la frase, tampoco hizo falta.
El baile terminó con las parejas de espaldas, enlazados por los brazos. Jack se inclinó y yo acabé encima de él, espalda con espalda (N/A: Haciendo el ángel, vamos. Creo que se le llama así). Me pilló de sorpresa, pero empecé a reírme.
-¡Bájame! -exclamé, aunque no quería que lo hiciese.
Se inclinó aún más y yo caí hacia delante. Apoyé los pies con equilibrio mientras Jack me soltaba.
-Como en los viejos tiempos -comentó.
-Como en los viejos tiempos -repetí, sonriendo.
Cansados, volvimos a sentarnos en la mesa. Mi tío estaba bailando con una mujer muy guapa, más o menos de su edad.
-Bueno, Jack -comencé la conversación, después de comerme medio brownie de un bocado-, ahora te toca contarme qué haces aquí.
Apoyó los brazos en la mesa y dejó caer la cabeza sobre ellos, con cara de aburrido.
-Siendo breves, me escapé de casa -soltó, sin una pizca de vergüenza ni arrepentimiento.

*es una referencia a Fairy Tail. Gray, uno de los protagonistas principales, tiene el mismo apellido, cuya sonoridad me encanta.

He aquí el primero. Pero tranquilidad, que el segundo es mejor. No me convence mucho la imagen de presentación, pero la foto es perfecta para esta historia.

Comentarios

  1. Me encantaaaaaaaaaaaaaaa ^^ Qué monos Dioh xD Jo, como me molaría a mí tener un amigo de la infancia así, yo como mucho diría hola y SI ESO un beso en la mejilla y ya xD

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  2. ASDFGHJJHKLLKJKLÑSJLAJKLSHA *----------* HAMOOOOOOOR. Well, orden.
    Fullbuster. Gray. ASDFGHSHJSJKAKJLKA *-----* (Supongo que no hace falta añadir que le adoro xD)
    El primer capítulo y ya me ha encantado. ¿ESTO QUÉ ES?
    Escribes tremendamente bien. Así, como apunte.
    Confirmo: otro que (seguramente, que llevo poquito leído pero well) añadir a la lista de ''Jacks'' de los que una servidora se ha ido enamorando con el tiempo. Ahí, porque molo (?)
    Yyyyyy... No sé que más decirte. Que me encanta, que QUIERO seguir leyendo. Uhmmm... Aunque me preocupa lo que dijiste al final de Winter, que con esta se iba a pasar mal. ¡Miedo me da! No sé, algo me dice que me vas a hacer llorar. MALA. Okno. A ver qué pasa, qué pasa e_e

    Byes! <333

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  3. Por fin! Estaba esperando este cap desde hace tiempo xD (Desde que acabo el otro xD) Reencontrarte con un amigo de la infancia tiene que ser genial *o* Ojala yo pudiera reencontrarme con algún amigo mio de la infancia... u.u Espero el siguiente~

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