Spring: capítulo 3

Ya llevamos la mitad... Qué deprisa pasa el tiempo. Preparaos para sufrir con lo que ocurre, queridas. MUAJAJAJAJAJA.

3.- "He's not my friend" ("No es mi amigo").
Al día siguiente mi tío nos invitó a Jack y a mí de nuevo al hipódromo, para montar a caballo. Pintaba de lo más interesante, ninguno de los dos sabíamos. Mis padres me llevaron hasta allí, pues había más o menos una hora de viaje desde mi casa hasta el lugar. En vez de pasar el día con nosotros, hicieron turismo por los alrededores. A mi no me engañáis, pensé, sé que es vuestro aniversario.
Entré yo sola en el hipódromo de nuevo, sabiendo que, como el día anterior, mi tío me encontraría. En lugar de él, fue Jack.
-¡Lanna! -oí que me llamaba en uno de los pasillos que daba a las gradas.
Me giré a verlo y casi me atropella. Me tambaleé, y él aprovechó para cogerme como si fuera un saco y colgarme de su hombro.
-¡Bájame! -le grité a la nuca. Mi cara daba con su espalda.
-No -me negó.
Echó a andar, y yo a darle golpecitos en la cabeza, entre divertida y avergonzada. Me rendí enseguida y me dejé colgar. Cuando salimos a las gradas le di un pellizco en un costado.
-¡Au! -se quejó.
Me reí malvadamente por lo bajini. Sin previo aviso, me soltó, y caí hacia delante, mi cara derecha contra el suelo. Apoyé las manos por puro instinto y me quedé haciendo el pino. Él me sujetó por los pies para que no perdiese el equilibrio. Traté de darle una patada, enfadada, pero me tenía bien sujetos los tobillos. Se apartó y me dejé caer. Apoyé los pies, y me enderecé rápidamente. En ese momento no sabía si darle un puñetazo para ver cuántos dientes le saltaba o un abrazo por los viejos tiempos. No hice nada de eso. Me giré para mirarlo a la cara.
-Súbeme a caballito -le pedí, terriblemente avergonzada, pero deseando que aceptara. Subí los brazos como una niña pequeña, feliz de poder comportarme como una cría con alguien.
-Claro -me respondió, feliz.
Se arrodilló delante de mí y subí a sus hombros. Se levantó con un ágil movimiento.
-¿Preparada? -me preguntó.
-OK, here we go! -exclamé yo. Era nuestro grito de salida.
Corrió hasta la pista de carreras, es decir, hasta que se cansó, mientras yo no podía dejar de gritar y de reírme. Jack me dejó bajar y se tiró al suelo, carcajeándose más que yo. Suspiré, como si también estuviera cansada, aunque lo hice más bien para recuperar el aliento de tanta risa. Él seguía descojonándose riéndose a mi lado.
-¿Hacía cuánto que no me lo pasaba tan bien? -se preguntó Jack, poniéndose una mano en la frente. Soltó una última carcajada y respiró hondo.
-¿Hacía cuánto que no me subían a caballito? -pregunté yo, a su vez, arrodillándome a su lado.
-Como cuando éramos pequeños -comentó él-. Solo que tú ahora pesas más.
Torcí el gesto.
-¡No quería decir...! -intentó excusarse-. Has crecido, ya sabes... De pequeña pesabas lo mismo que un gato.
Lo dejé pasar. Principalmente porque tenía razón. Al crecer, desarrollé un amor por la comida del que carecía de pequeña.
-Bienvenido de vuelta a la infancia -dije sin pensar-. Deja que te ahoguen tus recuerdos.
En cuanto terminé de decir aquello, supe que era lo que quería para mí.
-Creo... que me vendrá bien -aceptó, sentándose en la hierba. Levantó la mirada hacia el cielo azul con una mirada melancólica-. Quiero volver a ser pequeño una temporada...
Mi mente empezó a trabajar a toda velocidad y las palabras de mi tío cobraron sentido de una.
Jack había acudido a mí para revivir su infancia y huir de su vida... de la muerte de su hermana. Quería volver a ser pequeño, cuando Alerie le tiraba de las mejillas, lo hacía rabiar, nos decía que nos gustábamos y los dos asustaban a las ovejas en la granja. Quería regresar a la época en que seguía viva. Ahogarse en sus recuerdos, o, si pudiera, quedarse en ellos para siempre. Le comprendía. Yo aún deseo a veces volver a ser pequeña, a la edad en que no tenía que preocuparme por los deberes, los exámenes, ni tantas otras cosas... Era justo lo que él andaba buscando. Una manera de no tener que enfrentarse a su vida. Yo era lo más parecido que podía encontrar a ese deseo. Aunque, probablemente, él no se había dado cuenta de esto último.
Mi tío lo sabía, no sé aún cómo, pero conocía todo aquello, y me había avisado, para que pudiese darme cuenta por mí misma de que Jack no había hecho más que huir de todo lo que le dolía. Sentí de repente que tenía que ayudarlo, fuera como fuese.
-Yo también -dije. Y lo decía en serio.
Nos levantamos.
-Disfrutemos del día de hoy como cuando éramos niños, ¿te parece? -le ofrecí, con una sonrisa.
Asintió. Movió la cabeza de un lado a otro, y dejó de parecer triste. Me llevó hasta las cuadras, donde mi tío y Kyle Fullbuster nos esperaban. Los caballos ya estaban ensillados. Nos agenciamos unos cascos, y subimos torpemente a los caballos. Primero, mi tío y Kyle los llevaron por las riendas, para que nos acostumbráramos. Después de un rato de dar vueltas así, Kyle propuso dejar que los caballos se movieran solos por el campo. En cuanto empezaron a andar por libre, me puse un poquito nerviosa. Hasta que mi caballo, Cherry Pie*, decidió ponerse a pastar.
-Tíooooooo -lo llamé, medio enfadada.
Fue hacia mí, haciéndome gestos para que me estuviese quieta. No tenía permiso para mover las riendas, solo sujetarlas. Mientras mi tío guiaba al caballo lejos del pasto, se produjo un alboroto al otro lado de la pista. Una de las barandillas se desplomó, muy cerca del lugar por donde iba la yegua de Jack, Caramelo. Me dio un vuelco el corazón, por el ruido, y antes de que pudiera girar la cabeza, mi tío y Kyle corrieron hacia Jack.
Caramelo se había encabritado. Me quedé paralizada en la silla. Cherry Pie volvió a la puerta de la cuadra sin que yo moviese las riendas, mientras mi tío y Fullbuster trataban de bajar a Jack de la yegua, o calmarla. Me bajé del caballo como pude, cayéndome al barro, para correr al lugar donde se había parado Caramelo, muerta de miedo (no sé quién lo estaba más, si ella o yo). A medio camino, Kyle trató de tocar a la yegua. Esta se apoyó sobre sus patas traseras y Jack se cayó.
Caramelo salió trotando, y por poco no atropella a Kyle. A mí me pasó muy cerca, pero yo apenas la vi: tenía la vista emborronada por las lágrimas y no podía dejar de mirar a Jack.
Cuando por fin pude llorar, me despejé un poco. Mi primer pensamiento fue dejar de ver la escena. Corrí dentro de las cuadras a buscar un teléfono. Apenas había marcado el número de emergencias con dedos temblorosos, mi tío me lo arrancó de las manos para hablar él. Fue una suerte, pues yo estaba demasiado nerviosa, no podía dejar de sollozar, mucho menos hablar. Salí fuera de nuevo, deseando que no hubiera pasado nada. Kyle estaba viendo si Jack tenía alguna herida en la cabeza. Volví a tropezarme, caí con las manos en la tierra y en aquel momento, me puse a berrear como un bebé. No tenía valentía como para acercarme ni podía ofrecer ninguna ayuda. Me levanté, aún con hipidos, me limpié las manos, busqué a Cherry Pie y lo metí en su cuadra, sin quitarle las riendas ni la silla (no sabía).
El caballo me dio con el hocico en la mejilla. Lo miré un momento, aturdida. Volvió a darme, y luego una coz en el suelo. Mi tío entró para quitarle los aparejos al caballo y sacarme de allí.
-Ya viene la ambulancia, tranquila -me dijo mi tío, con una calma pasmosa, sentándome en un banco.
"Tranquila". Esa palabra me revolvió algo en las tripas y en la conciencia. Me palmeé una mejilla dos veces, di una patada en el suelo** y me levanté. Llegué donde estaban Kyle y Jack.
-¿Puedo ayudar? -pregunté, con una extraña serenidad.
-Cuida de Jack mientras voy a por Caramelo -me pidió, dejando la cabeza del chico con mucha delicadeza en el suelo.
No había nada que yo pudiera hacer por Jack. Caí de rodillas a su lado, temblando.
-Soy una cobarde -me dije, con las lágrimas de nuevo rodando por mis mejillas-. Eres mi mejor amigo y no he tenido la valentía de acercarme. Lo siento.
Me puse a llorar.

Kyle ya había vuelto a casa, mi tío y yo estábamos en la sala de espera de urgencias. Mis padres no sabían nada: no quería preocuparlos en su aniversario.
-¿Te encuentras bien, Lanna? -me preguntó mi tío.
-No avises a sus padres, por favor -le dije sin contestar a la pregunta.
-¿Por qué?
-Porque Jack no quiere verlos. Lo obligarán a volver a Londres si lo localizan. Él no puede volver aún -sacudí la cabeza.
Mi tío asintió.
-Así que ya has entendido.
-Sí. Gracias -si no me hubiese dicho aquello el día anterior, no me habría percatado de todo lo que le ocurría a Jack.
-¿Querrás pasar a verlo? -ofreció mi tío.
-No. No puedo.
-Pero él es tu amigo.
-No es mi amigo. Es mi mejor amigo.
Mi tío suspiró.
-Sea lo que sea que le haya pasado a Jack, contar con tu ayuda vendría bien.
Apreté los dientes y lloré de nuevo.
-¿Qué ayuda? No pude hacer más que mirarlo, mientras Kyle y tú imponíais orden. Me costó un tremendo esfuerzo siquiera encontrar el teléfono. No tengo nada que pueda serle útil.
Me invadió la extraña certeza de que tampoco podía ayudarlo con lo otro, a superar lo de su hermana.
-¿Y qué hay de lo que sientes por él? -me soltó-. ¿Te parece poco?
-Sí.
-Dependiendo de lo que le ocurra a Jack, eso podría ser determinante en su recuperación.
Si aquello era cierto, tenía una oportunidad enorme de ayudar yo en algo a mi mejor amigo. Volví a sentir esperanzas. El médico apareció por el pasillo y se acercó a nosotros. Salí corriendo antes de que empezara a hablar. Aquello me superaba.
Fui hasta la cafetería del hospital. Tenía hambre, pero no dinero. Me quedé desconcertada de repente. Una chica se acercó a mí.

*Una metáfora sobre la cherry pie (tarta de cereza) es parte importante de la trama de la película de Animal Crossing.
**Hace lo mismo que Caramelo.

Sufrid, chicas, sufrid. Sí, lo sé, soy una capulla, no debería hacerle eso al pobre Jack. Pero no todos son rosas y dulces, y arcoíris y unicornios... Bueno, ya me entendéis. El próximo viernes sabremos lo que pasa (vosotras, porque yo ya lo sé). MUAJAJAJAJA (me siento malvada).
(Sigo sin firmaaaaa~)

Comentarios

  1. AY, ME CAGO EN LA LECHE. ¿QUÉ ME LE VAS A HACER AL POBRE JACK? DDD: JOOOOOOO. NECESITO QUE LLEGUE EL PRÓXIMO VIERNES, POR FAVOR. Es que... asddfasfsdgfsdgsdfghdsghdsgjdf, agonía pura, pero el capítulo genial, claro pero... JO. Yo leyendo, haciendo ruiditos/grititos y tapándome la boca con las manos. ¡Mala! DD:

    ResponderEliminar
  2. Joder, ese chaval tiene muy mala suerte xD La has tomado con él! Espero que se recupere y todo les vaya bien e.e

    ResponderEliminar
  3. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ^^ Ay Dioh, que te nos cargas a Jack en el segundo cap (?????)

    ResponderEliminar
  4. Te odio. Sé lo que le va a haber pasado (¿? es un nuevo tiempo compuesto ^^)... y LO SÉ PORQUE LO SÉ, es dramático y me apuesto un salto al abismo a que acerté!!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Winter: capítulo 5.

Summer: capítulo 2.