Summer: capítulo 1

¡Ha llegado el día prometido! Es broma, es broma. Ha llegado (por fin) el primer capítulo de Summer. Espero que Isthar lo noticee. D:

1.- Glass butterfly (Mariposa de cristal).
El verano acababa de empezar, justo el día anterior, así que hacía bastante calor. Y más en la iglesia, ¡estaba tan agobiada! Así que dejé la ceremonia y salí a la puerta. La catedral estaba delante de un bar, aunque con el calor, no había nadie, excepto mi hermana, que había pasado olímpicamente de la comunión desde el primer momento. En la entrada solo estábamos dos personas, pero era tan pequeña que eso ya se podía considerar gentío. Conmigo había un chico. Me miró, como sopesándome. Me ofreció la mano.
-Daniel William Gallagher -se presentó.
-Iris Marine Lonnegan -dije, estrechándole la mano.
-Vaya, precioso segundo nombre -comentó.
-Tu apellido también es interesante -lo seguí.
-No tanto como tú.
Aquello me descolocó un momento, pero me recuperé pronto.
-Vaya, vaya, ¿acaso tenemos aquí un donjuán? -pregunté, divertida.
-Yo prefiero el término "truhán".
-Como tú quieras -aquella diferenciación hizo que el chico empezara a interesarme. Sonreí ligeramente. Él se me quedó mirando, con una sonrisa que apenas se intuía.
-Así que Lonnegan, como en El Golpe* -comentó él.
-Sí. Aunque nunca he visto la película.
-Oh, te invito a verla conmigo -me ofreció, esbozando al fin una sonrisa, arrebatadora.
-Lo siento, no acepto citas de chicos que se apellidan Gallagher -respondí, dirigiéndole una mirada suspicaz, esperando una respuesta.
Y, acto seguido, me cogió de la mano y me hizo dar una vuelta sobre mí misma. Ambos nos reímos, él al oírme a mí.
-He de decir que a mí me está empezando a interesar tu nombre... -le confesé.
-Me siento halagado -me respondió.
-No es por ti, engreído -fingí un pequeño enfado.
-Me lo dicen mucho.
-Engreído, narcisista, egocéntrico, ególatra, creído... Todos sinónimos.
-No bailes sobre mi tumba -me pidió, con dolor evidentemente fingido.
Aquella forma de expresarse me encantó, el chico me resultaba más interesante a cada momento.
-Disculpa, no pretendía ofenderte tanto -me excusé.
-Quedas disculpada -me dijo, muy orgulloso.
Se acercó a mí y me subió el dichoso tirante del sostén, que se me llevaba cayendo todo el día.
Me sonrojé. Él esbozó otra sonrisa, de satisfacción.
-Dime, ¿de quién es la comunión? ¿Algún hermano pequeño? -me preguntó.
-Esa es mi hermana -la señalé, era la única sentada en el bar-. Es la comunión de mi prima. ¿Y tú?
-La de mi primo hermano.
-¿Eres de aquí?
-Sí. ¿Tú no? -se extrañó.
Negué con la cabeza.
-¿Y de dónde eres?
-Tendrás que adivinarlo -le propuse, juguetona.
-Si lo hago, ¿me darás una "recompensa"? -me preguntó.
Capté al vuelo la indirecta, que era a la vez un juego de palabras. Aquello me sedujo y divirtió al mismo tiempo.
-Tu recompensa será un dolorooooso tirón de mejillas.
-Yo preferiría una caricia -me "propuso".
Aquel juego me gustaba cada vez más.
-Tal vez la tengas. Si te portas bien.
Aún no sé por qué dije aquello, tal vez merecía la pena arriesgarse y probar.
-En ese caso, tendré que ser tu fiel y adorable gatito -un intento de equívoco que no pasé por alto.
Sabía que en cualquier momento la gente saldría en tropel y el juego terminaría. No quería que eso ocurriera. Lo estaba pasando en grande.
-Podrás serlo hasta finales del mes que viene. Es cuando acaban mis vacaciones -le seguí.
-Así que volveremos a vernos.
-Eso espero.
La gente ya empezaba a salir. Qué decepción, todo se acababa.
-Aullaré a la luna por ti cada noche que no te vea -otra frase con doble sentido. En aquel momento, estaba realmente intrigada, quería seguir conociendo a Daniel. Mi madre y mi abuela salieron de la iglesia, así que era el momento de despedirse.
-Hasta luego, Dan -me despedí, dándome la vuelta.
-Hasta pronto, mi mariposa de cristal -me respondió. Me quedé clavada en el sitio.
-Vaya... Que metáfora tan bonita -le comenté, reacia a despedirme realmente.
-Solo te diré... -y en ese momento, se acercó peligrosamente a mí. Yo volví a sonrojarme, por la proximidad de sus labios a los míos -que la mariposa podría dejar de ser de cristal para convertirse en una de... platino**.
Ahí estaba la enésima indirecta. No podía dejar escapar a un contertulio como él. Me separé ligeramente.
-Aún tienes que adivinar dónde vivo. No lo olvides -le recordé.
-Dime dónde puedo encontrarte -me pidió.
Pero en ese momento mi madre me llamó, con lo que no pude responderle. Nos separamos y le perdí de vista. No tuve más remedio que saludar a la familia y todos esos rollos (que mi hermana, afortunada, se perdió, pues aún iba a lo suyo) mientras lo buscaba con la mirada. En una de esas, nuestros ojos se encontraron, y, no entiendo cómo, supimos que era el momento de escabullirse.
Me libré de mi familia y sus amigos y salí de la aglomeración de gente.
-¡Uf! Qué agobio -me quejé.
-Sí. Y eso que ni siquiera somos los protagonistas del día -comentó, mientras nos reuníamos.
Me estiré como un gato, para relajarme un poco.
-Y bien, ¿dónde puedo encontrarte? -me preguntó, con una actitud más de amigo que de truhán.
Le indiqué la dirección del apartamento donde nos alojábamos durante el resto del mes.
-No dudes que te buscaré -me dijo, guiñando el ojo.
Saqué la lengua, divertida.
-¿En qué sentido? -pregunté, intentando seguir lo que él había empezado.
-En uno que no debería pronunciarse en público -continuó, pícaro.
Le sonreí como una diablilla y me quedé mirándolo.
-Oh, sí. Es lo que piensas.
Desvié la mirada, un poco avergonzada.
-Buscaré tus ojos brillantes cada día, tenlo por seguro, mi mariposa de cristal -afirmó, cogiéndome de la barbilla para obligarme a mirarlo.
Me sonrojé un poco, pero me separé de él tranquilamente. Le guiñé un ojo.
-Entonces, ya nos veremos -resolví.
-Ya nos veremos -asintió.
Me miró a los ojos seria e intensamente durante un instante, que se me hizo muy corto cuando terminó, y muy largo mientras ocurría.
Ambos volvimos con nuestras familias.
-Jo, jo, jo -pronunció mi hermana en mi oreja, sobresaltándome-, me parece que mi hermanita se ha pillado por ese chico.
-¡Tyssa! -exclamé, aún asustada-. No ha tenido gracia.
-Pues a mí me ha encantado.
-Y no me he pillado por nadie -me apresuré a aclararle.
-Eso solo me confirma que realmente te gusta -dijo con tono burlón.
-Piérdete.
-No estás haciendo más que reafirmar mis palabras -siguió mofándose con el mismo tono, pero canturreando.
-¡Tyssa, compórtate! -la reprendí. Sin resultado.
-Iris, te has enamorado, acéptalo -dijo, como si fuese la mujer más sabia del Universo, continuando con su burla.
-¡Agh! -exclamé, enfadada de verdad.
En cuanto me oyó, echó a correr.
-¡No llegarás muy lejos con vestido y francesitas! -le grité.
Yo tampoco, pero pensaba perseguirla de todas formas...

*El Golpe es una película de 1973. El personaje del que Iris toma su apellido es Doyle Lonnegan, un poderoso gánster, interpretado por Robert Shaw.

**Mientras que el cristal es un material frágil (aunque no tanto como el vidrio), el platino es dúctil (lo contrario a frágil). Me parecieron los más poéticos.

AAAAAAAH, POR FIN. PORFINPORFINPORFIN. Me alegro mucho de publicarlo. *-----*

Comentarios

  1. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ^^ DIOSDIOSDIOS ALGO ME DICE QUE ESTE CHICO ME VA A GUSTAR OMG Y LA HISTORIA Y TODO ASASDFASDFGHFDFBFVF GFHFGGHFHF FGHRFHFHFG ¿ENTIENDES?

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  2. me ha encantado enserio *-* ya tengo ganas de leer el próximo :D

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