Winter: capítulo 2.

Entrada 200. *-----------* Publico el capítulo hoy, porque es fiesta (o al menos aquí) y así tenéis tiempo para leerlo. Más os vale disfrutarlo porque son siete capítulos y Spring hasta la primavera no lo publico. MUAJAJAJAJA.

2.- ¿And this is friendship? (¿Y esto es amistad?).
Al día siguiente, al salir con mis amigos al recreo y reunirnos bajo los olmos del patio, empecé a buscarlo con la mirada. Encontré antes a Cole. El chico me miró y nos sonreímos. Formé el nombre de Ben con los labios, y me señaló la rampa que daba al edificio de los de bachillerato. Lo localicé rápidamente. Se estaba poniendo el chaleco naranja. Iba a jugar.
¡Jugaba al fútbol! No lo creía. Encima de idiota, futbolista. Se estaba ganando todas las papeletas para conquistarme. Pasé olímpicamente de mis amigos, lo vi jugar durante todo el recreo. La primera vez que me miró, mientras jugaba, le sonreí como una idiota. Me devolvió la sonrisa, acompañada de un guiño de ojo. Me acerqué al borde del campo, envalentonada, con chicos de todas las edades delimitando el campo, y, sin resistirme, le grité:
-¡Vamos, idiota, marca un gol! -le animé con una sonrisa.
Y marcó un gol, casi al final del recreo. Volvió a mirarme, sonriendo con cara de suficiencia. Subí el pulgar. Inclinó la cabeza a un lado, sonriendo, y me gritó:
-¡Te lo dedico!
Me puse roja, pero le sonreí. Poco después acabó el recreo. Me quedé esperando, a ver si sus amigos lo dejaban, para que pudiese hablar con él. Vi el momento perfecto dos minutos después de que sonara la campana. Me acerqué, él aún bebiendo agua. Me miró.
-¿Quieres jugar? -me preguntó.
El golpe definitivo. ¡Me estaba invitando a jugar al fútbol! Definitivamente, el idiota de Ben, el que el día anterior creía me caía mal, me acababa de conquistar. Definitivamente me gustaba.
Asentí sin una palabra. Primero nos pasamos un poco el balón, hasta que nos fuimos picando, y, entre risas, acabé de portera. Después de parar su segundo disparo, caí en la cuenta. Miré el reloj: pasaban siete minutos del fin del recreo. Hacía doce que había sonado la campana.
-¡Ben! ¡Tenemos que volver a clase! -le avisé.
Le esperé mientras recogía sus cosas, sin saber muy bien por qué. Aún quería preguntarle sobre el chico de 2º que me había mencionado el día anterior. Entramos por la cantina. Por suerte no había nadie en la barra. En cambio, si había alguien en la recepción del hall. Esperamos unos momentos, y en cuanto la encargada se fue, subimos corriendo, aunque sin hacer ruido, las escaleras hasta el primer piso. De camino a nuestras aulas relajamos el paso. Nos miramos y reímos por lo bajini.
-Oye... -empecé-. Quería preguntarte...
-¿Si quiero salir contigo? -soltó.
Ahí estaba de nuevo su idiotez.
-No, ególatra -le recriminé-. Lo del chico de 2º que me dijiste ayer.
-Ah. Willy.
-¿El que toca la guitarra?
-Sí. Un poco.
-Le conozco. Más o menos.
Llegamos a la puerta de mi clase.
-¿Qué te toca? -se interesó.
-Mates, ¿y a ti?
-Biología. Ni de casualidad entro.
En menos de veinte segundos ambos estábamos fuera otra vez.
-Ey -me saludó.
-¿Qué tal? -respondí, subiendo la barbilla.
-No he puesto el otro pie en clase.
­­­­­-Igual que yo.
Se hizo un silencio extraño. No era incómodo, pero tampoco llegaba a ser de complicidad. Pasaron unos minutos así, hasta que Ben se decidió a preguntarme:
-¿Te gusta?
-¿Perdón? -me extrañé.
-Willy -aclaró-. ¿Te gusta?
Miré al suelo, notando que se me calentaban las mejillas, y sonreí con tristeza.
-Creía que sí, pero... -negué con la cabeza y cerré los ojos- no. No me gusta -terminé, abriendo los ojos y levantando la mirada con la misma sonrisa.
Iba a decir "me gustas tú", pero me mordí la lengua. Tenía la certeza de que si lo decía en el recinto, volvería a enterarse todo el mundo, como la última vez que se me ocurrió contárselo a alguien.
-Qué pena. Tú a él sí le gustas -me dijo, en tono de burla y con una sonrisa de chulo.
-Deja de picarme, memo -le corté.
Cerró los ojos y se apoyó contra la pared, pasando de mí.
-Me aburro, ¿damos una vuelta? -me ofreció, mirándome con su media sonrisa de lado. Esa expresión estaba empezando a enamorarme.
-¿Adónde me llevarás? -le seguí el juego.
Me hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera. Bajamos por las escaleras del otro extremo del pasillo, y acabamos en el hall de las cristaleras que daban al patio. Cole y el resto de chicos de su clase estaban echando un partido de fútbol, con toda seguridad en la clase de gimnasia. Nos sentamos en las escaleras a mirarlos.
-Siento que no sean asientos VIP -dijo Ben en broma.
-Da igual. Me encanta el fútbol -le respondí-. Aunque echo en falta algo de comer...
Ben me sonrió, divertido. Nos quedamos un rato viendo el partido, hasta que de nuevo él interrumpió el silencio.
-Tu familia tiene una librería, ¿verdad?
-Sí.
-¿Trabajas allí?
-Normalmente. ¿Por qué?
-Dentro de poco es el cumpleaños de mi madre, pero soy un torpe en cuanto a libros... -me confesó, bajando la mirada.
-Cuenta conmigo entonces -le aseguré-. Curioséale la biblioteca a tu madre, el resto es cosa mía.
-Gracias -me dijo con un asentimiento.
-El viernes a las seis.
-Entendido -asintió-. Espera, ¿es una cita?
-No. Claro que no. ¿Por qué? -le pregunté, juguetona.
-Por nada -respondió rápidamente. Giró la cabeza, pero llegué a ver que se sonrojaba.
Me fijé de nuevo en el partido; Cole nos miraba a través de la cristalera, pasmado. Los dos sonreímos y saludamos. Cole negó con la cabeza, con una sonrisa, y volvió al partido.

Y en el próximo capítulo: Dance at the rhythm of music.

En este ya se van acelerando las cosas... ¿no? Pues en el tercero aún más :3 Ya podéis sufrir hasta la semana que viene (o cuando a mí me dé la gana).