Winter: capítulo 4.
Hoy estamos de celebración porque... *redoble de tambores*~~~~ ¡EL BLOG CUMPLE DOS AÑOS!
Sí, parece mentira pero sí. Ya son dos añazos para mí en blogger. Muchas gracias a todas por los maravillosos años que me habéis dado. Y gracias también a Inazuma Eleven, por supuesto. Te aviso, Isthar/TwoLionsOneBow (no sé cómo llamarte), que hay un momento... pasteloso/romántico (?) al final del capítulo.
Os lo dejo ya:
4.- The war and the new one (La guerra y la nueva).
Sábado por la tarde. Yo estaba en la librería, apoyada sobre el mostrador, mientras mi padre llamaba para hacer un pedido, servidora en su mundo imaginario. Miraba el muérdago que mi madre había insistido en poner por toda la tienda. Me encontraba soñando con que me besaría bajo esa planta con uno de mis chicos anime. Típicos pensamientos de una otaku. Completamente evadida de la realidad, un grito me devolvió a la Tierra.
-¡Roxanne!
Parpadeé para despejarme. Ben tenía su cara a unos centímetros de la mía. Me eché hacia atrás, sorprendida, y un poco nerviosa. Tan cerca de él...
-Tierra llamando a Rox -me dijo-. ¿Dónde estabas?
-Aquí, en realidad -respondí.
Me comprendió, de alguna manera.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté-. A ti los libros no te gustan.
-Pero me gustas tú -me respondió.
Aquello no me lo esperaba. Sigue así, idiota, y conseguirás que me enamore de ti, pensé.
-¿Qué estás maquinando? -quise saber, enarcando una ceja.
-¿Hasta cuándo trabajas? -preguntó sin responderme.
-Hasta el cierre. Pero puedo preguntarle a mi padre si me deja ausentarme un rato...
-Perfecto.
-¿Adónde vas a llevarme? -pregunté mientras salía de detrás del mostrador.
-Ya lo verás.
-Hacia la frontera y más allá, ¿no? -le miré, divertida.
-Hoy no. Pero algún día. Te lo prometo.
Esbocé mi sonrisa más dulce.
Mi padre, por suerte, me dejó salir, aunque me costó lo mío convencerlo. Ben me esperaba a la puerta de la librería.
-Ponte una bufanda -me avisó.
Incliné la cabeza a un lado, extrañada, y me abrió la puerta. Me quedé con la boca abierta.
-¡Está nevando! -exclamé sin poder evitarlo.
-Navidades blancas. Desde esta mañana -dijo él.
-Llevo desde las ocho en la librería -me excusé.
Salimos, yo sin bufanda, puesto que no tenía. Me llevó por calles que no conocía. A pesar de llevar toda mi vida en la ciudad, no me la conozco del todo. Después de unos diez minutos de paseo llegamos al terreno abandonado de la parte sur de la ciudad. Era un sitio por el que no pasaba mucha gente. Anteriormente hubo una catedral, pero la derribaron hacía casi una década.
-¿Una...? -empecé a preguntar.
-...batalla campal -terminó él.
El terreno era extenso, y había caído suficiente nieve como para montar pequeños fortines y murallas. Las municiones ya estaban preparadas tras dos muros de nieve. No cabía duda:
-¡Una guerra de bolas de nieve! -exclamé.
-Un dos contra dos, ¿te parece? -preguntó alguien a la izquierda de Ben.
-No está mal -reconoció él-. Ya montaremos una mejor cuando haya más nieve.
-Cole -me sorprendí.
-Hola, Roxanne -me saludó.
-¿Quién es tu aliado? -se interesó Ben.
-Yo -una chica apareció de un salto al lado de Cole.
-¡Willow! -saltó Ben.
Willow era la prima de Ben, de nuestra edad. No se llevaban bien siempre, de hecho se picaban mucho entre ellos, pero tenían sus momentos. Su relación era más como una de hermanos. Ella iba también a nuestros instituto. Willow era más lista que Ben, y solía ganar en las discusiones que ambos tenían. Una de sus peleas se saldó con un parte disciplinario para cada uno.
-Será un placer ser tu rival, Willow -comenté. Sabía, por otros compañeros de clase, que Willow tenía buena puntería.
-Lo mismo digo, Roxanne -coincidió ella-. Puedes llamarme Will.
-Y vosotros a mí, Rox, si lo preferís.
-Dejémonos ya de preámbulos -interrumpió Cole-, ¡y adelante!
Ben esbozó una sonrisa pícara de diablo, que me inspiró la certeza de que aquella batalla de bolas de nieve iba a ser genial.
Él y yo nos escondimos tras uno de los fortines de nieve, y Cole y Will en el otro.
-¡QUE EMPIECE... -gritó Ben, tras su refugio.
-... LA GUERRA! -terminó Will, igualmente detrás de su pequeña muralla.
Duró casi una hora. Empecemos tirándonos bolas, Will y yo acertando casi todos nuestros tiros. Cuando se nos acabaron las municiones, nos refugiamos tras los muros nivales y nos pusimos a hacer más bolas. Cole y Will nos sacaron ventaja, y nos tiraron bolas de nieve, tratando de hacer caer nuestra pared. Terminamos las bolas en seguida, nos miramos con sonrisas malvadas, y reanudamos los disparos. Aquella segunda vez, no fallé ni una, pero Will sí. Ben esquivaba las que le lanzaban con facilidad. Empezamos a reír cuando a cada uno de nosotros le alcanzó una bola, y reíamos más fuerte según dónde acertábamos a un rival. Will se rió tanto que se quedó sin respiración cuando acertó a Ben en la cara, en la segunda tanda. Aproveché para derribar su muralla. Ben pilló mis intenciones al vuelo, y después de unos cuantos tiros, conseguimos echarla abajo. Cole y Will, desprotegidos, se lanzaron a tirar como locos. A pesar de ello, ganamos nosotros a su rendición. Will cayó de rodillas en la nieve, Cole y yo de culo y Ben de espaldas, los cuatro agotados y sudando.
-Ey, Rudolph -me llamó Ben.
Me miré la nariz. La notaba helada, sin duda debía tenerla roja.
-Te dije que cogieras una bufanda -me recordó.
Me pasó la suya por detrás del cuello, y, aún con los extremos cogidos, acercó su cara a la mía, para tocar la punta de mi nariz con la suya. Me miró con su expresión recurrente, aunque con cierto aire de galán aquella vez en su sonrisa. Cole silbó, desde el otro extremo del terreno. Ben se separó de mí, y cuando abrió la boca, fui yo la que respondí.
-Aprende a silbar, Cole. Das pena.
Will y Ben se rieron. Cole desvió la mirada. Yo sonreí, contenta con los nuevos amigos que había hecho sin darme ni cuenta.
Al volver a la librería me cayó una bronca que no aplacó mi buen humor y que no escuché, pues estaba demasiado embobada recordando aún la batalla campal.
Y la semana que viene :5.- "I was so close..." ("Estuve tan cerca...").
Me encanta el nombre de Willow. *-* La escena de la guerra de bolas de nieve parece como si la hubiese escrito a los 10 años. xDD El título del siguiente es una frase... ¿Quién la dirá? ¿Será una canción? ¿Qué es un mahná mahná? ¿A quién le importa? Todo esto y poco más el lunes que viene.
Sí, parece mentira pero sí. Ya son dos añazos para mí en blogger. Muchas gracias a todas por los maravillosos años que me habéis dado. Y gracias también a Inazuma Eleven, por supuesto. Te aviso, Isthar/TwoLionsOneBow (no sé cómo llamarte), que hay un momento... pasteloso/romántico (?) al final del capítulo.
Os lo dejo ya:
4.- The war and the new one (La guerra y la nueva).
Sábado por la tarde. Yo estaba en la librería, apoyada sobre el mostrador, mientras mi padre llamaba para hacer un pedido, servidora en su mundo imaginario. Miraba el muérdago que mi madre había insistido en poner por toda la tienda. Me encontraba soñando con que me besaría bajo esa planta con uno de mis chicos anime. Típicos pensamientos de una otaku. Completamente evadida de la realidad, un grito me devolvió a la Tierra.
-¡Roxanne!
Parpadeé para despejarme. Ben tenía su cara a unos centímetros de la mía. Me eché hacia atrás, sorprendida, y un poco nerviosa. Tan cerca de él...
-Tierra llamando a Rox -me dijo-. ¿Dónde estabas?
-Aquí, en realidad -respondí.
Me comprendió, de alguna manera.
-¿Qué haces aquí? -le pregunté-. A ti los libros no te gustan.
-Pero me gustas tú -me respondió.
Aquello no me lo esperaba. Sigue así, idiota, y conseguirás que me enamore de ti, pensé.
-¿Qué estás maquinando? -quise saber, enarcando una ceja.
-¿Hasta cuándo trabajas? -preguntó sin responderme.
-Hasta el cierre. Pero puedo preguntarle a mi padre si me deja ausentarme un rato...
-Perfecto.
-¿Adónde vas a llevarme? -pregunté mientras salía de detrás del mostrador.
-Ya lo verás.
-Hacia la frontera y más allá, ¿no? -le miré, divertida.
-Hoy no. Pero algún día. Te lo prometo.
Esbocé mi sonrisa más dulce.
Mi padre, por suerte, me dejó salir, aunque me costó lo mío convencerlo. Ben me esperaba a la puerta de la librería.
-Ponte una bufanda -me avisó.
Incliné la cabeza a un lado, extrañada, y me abrió la puerta. Me quedé con la boca abierta.
-¡Está nevando! -exclamé sin poder evitarlo.
-Navidades blancas. Desde esta mañana -dijo él.
-Llevo desde las ocho en la librería -me excusé.
Salimos, yo sin bufanda, puesto que no tenía. Me llevó por calles que no conocía. A pesar de llevar toda mi vida en la ciudad, no me la conozco del todo. Después de unos diez minutos de paseo llegamos al terreno abandonado de la parte sur de la ciudad. Era un sitio por el que no pasaba mucha gente. Anteriormente hubo una catedral, pero la derribaron hacía casi una década.
-¿Una...? -empecé a preguntar.
-...batalla campal -terminó él.
El terreno era extenso, y había caído suficiente nieve como para montar pequeños fortines y murallas. Las municiones ya estaban preparadas tras dos muros de nieve. No cabía duda:
-¡Una guerra de bolas de nieve! -exclamé.
-Un dos contra dos, ¿te parece? -preguntó alguien a la izquierda de Ben.
-No está mal -reconoció él-. Ya montaremos una mejor cuando haya más nieve.
-Cole -me sorprendí.
-Hola, Roxanne -me saludó.
-¿Quién es tu aliado? -se interesó Ben.
-Yo -una chica apareció de un salto al lado de Cole.
-¡Willow! -saltó Ben.
Willow era la prima de Ben, de nuestra edad. No se llevaban bien siempre, de hecho se picaban mucho entre ellos, pero tenían sus momentos. Su relación era más como una de hermanos. Ella iba también a nuestros instituto. Willow era más lista que Ben, y solía ganar en las discusiones que ambos tenían. Una de sus peleas se saldó con un parte disciplinario para cada uno.
-Será un placer ser tu rival, Willow -comenté. Sabía, por otros compañeros de clase, que Willow tenía buena puntería.
-Lo mismo digo, Roxanne -coincidió ella-. Puedes llamarme Will.
-Y vosotros a mí, Rox, si lo preferís.
-Dejémonos ya de preámbulos -interrumpió Cole-, ¡y adelante!
Ben esbozó una sonrisa pícara de diablo, que me inspiró la certeza de que aquella batalla de bolas de nieve iba a ser genial.
Él y yo nos escondimos tras uno de los fortines de nieve, y Cole y Will en el otro.
-¡QUE EMPIECE... -gritó Ben, tras su refugio.
-... LA GUERRA! -terminó Will, igualmente detrás de su pequeña muralla.
Duró casi una hora. Empecemos tirándonos bolas, Will y yo acertando casi todos nuestros tiros. Cuando se nos acabaron las municiones, nos refugiamos tras los muros nivales y nos pusimos a hacer más bolas. Cole y Will nos sacaron ventaja, y nos tiraron bolas de nieve, tratando de hacer caer nuestra pared. Terminamos las bolas en seguida, nos miramos con sonrisas malvadas, y reanudamos los disparos. Aquella segunda vez, no fallé ni una, pero Will sí. Ben esquivaba las que le lanzaban con facilidad. Empezamos a reír cuando a cada uno de nosotros le alcanzó una bola, y reíamos más fuerte según dónde acertábamos a un rival. Will se rió tanto que se quedó sin respiración cuando acertó a Ben en la cara, en la segunda tanda. Aproveché para derribar su muralla. Ben pilló mis intenciones al vuelo, y después de unos cuantos tiros, conseguimos echarla abajo. Cole y Will, desprotegidos, se lanzaron a tirar como locos. A pesar de ello, ganamos nosotros a su rendición. Will cayó de rodillas en la nieve, Cole y yo de culo y Ben de espaldas, los cuatro agotados y sudando.
-Ey, Rudolph -me llamó Ben.
Me miré la nariz. La notaba helada, sin duda debía tenerla roja.
-Te dije que cogieras una bufanda -me recordó.
Me pasó la suya por detrás del cuello, y, aún con los extremos cogidos, acercó su cara a la mía, para tocar la punta de mi nariz con la suya. Me miró con su expresión recurrente, aunque con cierto aire de galán aquella vez en su sonrisa. Cole silbó, desde el otro extremo del terreno. Ben se separó de mí, y cuando abrió la boca, fui yo la que respondí.
-Aprende a silbar, Cole. Das pena.
Will y Ben se rieron. Cole desvió la mirada. Yo sonreí, contenta con los nuevos amigos que había hecho sin darme ni cuenta.
Al volver a la librería me cayó una bronca que no aplacó mi buen humor y que no escuché, pues estaba demasiado embobada recordando aún la batalla campal.
Y la semana que viene :5.- "I was so close..." ("Estuve tan cerca...").
Oooh son muy monos con la batalla campal >w< Ojala pudiera hacer yo una ewe me da igual tener 16 años! yo quiero una pelea de nieve así! ewe
ResponderEliminarAsdfghjklññvstysd *-* Me encanta. Eh, sí, aquí el momento pasteloso... En fin, ya sabes la relación amor-odio que tengo con esta historia. Pero en fin, ya lo sabía cuando la empecé. Sep, me gushta.
ResponderEliminarAh, llámame como quieras. Como te salga y ya está xD No me volveré a retrasar. I promise.