Spring: capítulo 5


5.- Day by day (Día a día).
Al día siguiente, cuando me desperté, lo primero que vi fue su cara. Sonreí irremediablemente. Parecía el niño de mis recuerdos, inocente, rebelde, dulce, sin preocupaciones, durmiendo como una marmota. Durmiendo.
-¡Jack! ¡Jack! -susurré, mientras lo agitaba por un hombro.
Se despertó y sonrió al verme, de una manera tan dulce que se me agitó el corazón de emoción.
-Buenos días, Lanna. ¿Qué ocurre? -me preguntó mientras se incorporaba y se frotaba un ojo.
-Mi tío iba a venir a las... -empecé, incorporándome también y buscando el reloj en mi mesilla-. Buenos días -de repente, no me importaba tanto la hora que fuese ni lo que tenía que pasar.
-¿Has dormido bien? -me preguntó.
-Hacía calor -reconocí. Le miré con la misma cara de suficiencia que él me había puesto aquella misma noche.
-A mí no me mires -dijo, desviando la mirada hacia otro lado.
-Estabas nervioso, ¿verdad? -le pregunté, con tono burlón.
-¡Qué va! -me miró, dispuesto a contraatacar-. Seguramente tú sí, y por eso tenías calor.
-¡Eras tú! -exclamé. Me puse a revolverle el pelo, pellizcarle y ponerle caras y él a reír y revolverse. Lo vi peligrosamente cerca del borde de la cama, y paré al instante.
-¿Qué ocurre? -me preguntó, preocupado.
-Podrías caerte. No quiero que... -no quise continuar. La preocupación se me notaba en la cara.
Jack me abrazó, haciendo que apoyase la cabeza en su pecho.
-Estoy bien. De verdad. No me pasará nada -me aseguró, con una voz consoladora y dulce.
Asentí, con un nudo en la garganta.
-Aún no sé qué hora es y mi tío iba a venir a buscarte -dije para cambiar de tema-. Todavía peor: como vengan mis padres...
Dicho y hecho: los oí subir por la escalera. Jack y yo nos miramos, alarmados. Él salió a toda leche de entre las sábanas.
-Diremos que he venido a hablar contigo al despertar -me dijo.
-Vale -asentí.
Tragamos saliva. Oímos cómo mis padres pasaban de largo de mi habitación y entraban en la de Jack. Después en la mía.
-Jack, ¿qué haces aquí? -preguntó mi madre.
-Es que, cuando me desperté -empezó Jack-, quise venir a hablar con Lanna. Todo es nuevo para mí, no sabía cómo tomármelo.
-Entiendo -asintió mi madre.
-Incluiremos esto en las normas -masculló mi padre.
-Ah, sí, Jack -recordó mi madre de súbito-: Mike está aquí.
-Ya voy -saltó de la cama y fue corriendo a su habitación.
Lo vimos marcharse.
-Mi mejor amigo -comenté, orgullosa.

Día a día, nos fuimos acostumbrando los cuatro a la rutina. Jack pasó por primo mío ante los que preguntaban (para evitar problemas legales), aunque se negó a volver al instituto. Trabajó duro para ganarse su estancia en la casa, y cumplió con creces. La clientela femenina preadolescente aumentó considerablemente, por supuesto gracias a Jack. Mientras yo hacía los deberes en una mesa apartada, pude ver y oír al desfile de chicas que intentó ligar con él mientras yo las envidiaba por no tener tanta valentía como ellas. Las rechazó a todas. No era tan idiota como para no darme cuenta del porqué, aunque no quise creerlo. Él aprendía lo que podía de mis libros, y algunas veces estudiábamos juntos. Cuando terminaba de trabajar, pasábamos el tiempo juntos, y poco a poco empecé a darme cuenta de que yo era una terapia para él. Gracias a mí y a su nueva vida, las cicatrices de Jack estaban sanando. Pronto lo habría superado todo, y entonces sería decisión suya volver o quedarse. Hice todo lo que estuvo en mi mano por ayudarle. Jack no volvió a colarse en mi cama, para mi alivio y decepción, porque nuestros padres habían endurecido las normas. Aquello duró hasta mediados de mayo, cuando Jack decidió por fin buscar la casa donde se había criado casi la mitad de su vida.
-Lanna -me llamó.
-¿Sí? -levanté la cabeza de mi libreta de Matemáticas.
-He decidido... que quiero volver a la granja -dudó-. O el lugar donde estaba, y lo que ahora queda.
-Llevas aquí más de un mes, ¿a qué viene esta decisión ahora?
-Creo... que ya he reunido el coraje para enfrentarme a ello.
Asentí, entendiendo.
-Como quieras -acepté-. ¿Puedo acompañarte?
-Eso te iba a pedir... -me respondió, algo cortado-. No quiero estar yo solo cuando lo vea.
-Hablaré con mi madre, seguro que le parece bien.
-Gracias.
Miró mi libreta.
-Aún no pillo los polinomios.
-Puedo contarte cuanto quieras sobre libros de épica y fantasía, pero no me preguntes de Mates.
Ambos nos reímos.

Llegamos a la granja. Estaba a las afueras, y la ciudad no había crecido tanto como para considerar que estuviese dentro. Jack fue el último en bajarse.
-Vamos, Jack -lo llamé, con cariño. Asintió.
Salió del coche y lo rodeamos para mirar la granja... o lo que quedaba. Fue horrible para él.
-No puede ser... -Jack parpadeó, a punto de llorar.
Empezó a avanzar hacia los escombros.
-Esto no... -se le quebró la voz.
La granja había sido demolida.
-Jack, si hubiéramos sabido esto... -dijo mi madre, compungida.
Ambas nos dimos cuenta de que aquello le hacía mucho más daño a Jack que el hecho de que, en lugar de una granja, hubiese una factoría o cualquier otra cosa. Pero, su propia casa, en ruinas... era lo peor que podía pasarle.
Caminé con él entre trozos de madera astillados y hierba muerta. Lo alcancé un poco más adelante. Estaba agachado y sostenía entre las manos un trozo de madera, largo y más o menos grande. Vi que las lágrimas de Jack caían sobre él. Me arrodillé a su lado para ver qué tenía de especial el trozo de madera.
"Eternos rivales. Siempre hermanos."
Esa inscripción la había grabado Alerie en el desván donde Jack y yo dormíamos juntos. Ambos hermanos rivalizaban siempre, pero eso era justo lo que fortalecía el lazo que tenían. Cuando la discusión llegaba a un punto muerto, Alerie empezaba a reír a carcajadas, y Jack se enfurruñaba.
-Ni siquiera pude despedirme de ella -susurró, en voz tan baja que apenas le oí.
Me atreví a mirarlo a la cara. No lloraba, como yo suponía, pero tenía la mirada perdida, como a través de la madera y el suelo, a un lugar infinito.
-Lo último que le dije... no fueron palabras bonitas -se me cayó el alma a los pies-. Le grité, justo como a mis padres. Ella se marchó con una sonrisa.
-Alerie ya sabía lo que iba a pasar -comprendí, de repente.
-Sí -Jack tragó saliva.
-¿Por qué no lloras? -le pregunté-. Te sentirás mejor.
-Ya no me quedan lágrimas -me miró, con una cara seria en él que me sorprendió-. Estoy cansado de llorar.
-Eres tonto -le dije, y se me quebró la voz.
-Gracias por todo, Lanna. Muchas gracias -me dijo-. Quiero volver. Con mis padres.
-Pero yo no -le rebatí, mirando al suelo.
-Lanna...
-No quiero que... vuelvas a dejarme, después de todo este tiempo -me puse a llorar.
Mi madre apareció detrás de nosotros, se agachó para ponernos una mano en el hombro a cada uno y levantarnos. Aquel gesto despertó algo dentro de mí, algo apremiante, casi una necesidad.
Volvimos al coche, y me calmé de camino. En el viaje de vuelta no dije una palabra, pero Jack habló con mi madre sobre su decisión.
-Si eso es lo que quieres, Jack...
-Esta vez sí -levantó la cabeza-. Ahora sí -dijo, firme y con decisión.

Esa noche fui yo quien se metió en su habitación, y en su cama.
Me deslicé por la puerta como una sombra, sin una palabra. Jack se irguió en su cama al oír la puerta cerrarse.
-¿Lanna? ¿Qué pasa?
No lo miré, ni al meterme entre sus sábanas.
-¿Qué te ocurre? -me preguntó.
-¿Tú qué crees, idiota? -le respondí, aún sin levantar la vista hacia él.
-Lo siento... Yo... -empezó.
Me senté en la cama, y él me imitó. Por fin me decidí a enfrentarme a su cara.
-No, Jack. Soy yo quien debe pedirte perdón, por eso he venido -lo miré a los ojos-. Lo siento mucho, he sido una egoísta por decirte que no te fueras. Ahora que estás dispuesto a enfrentarte a todo... Yo he tratado de retenerte. Eso es injusto.
Me abrazó, con fuerza. Apoyé la cabeza en su hombro, triste.
-Tonta -me susurró al oído, con cariño-. No tienes que disculparte por nada.
Bajó las manos hasta mi cintura y me hizo tumbarme de nuevo, con él.
-Yo tampoco quiero separarme de ti. Eso que te quede muy claro. Y no está en mis planes.
-¿Qué quieres decir?
-Que yo tampoco quiero perderte después de todo este tiempo -me miró muy serio-. Ven conmigo a Londres. (N/A: Música de fondo: *TAN TAN TAAAAAAAAAAAN*)
Por un momento creí que me estaba gastando una broma, pero enseguida me di cuenta de que no.
-Te diría que por supuesto, Jack, pero... Tengo que saber qué quieres hacer exactamente allí. ¿Piensas volver aquí? No puedo responderte si no me cuentas tus planes.
-Solo quiero que me acompañes cuando tenga que enfrentarme a mis padres. Lo que pase después... lo afrontaré yo solo. Pero cuando vuelva a verlos quiero tenerte a mi lado -tragó saliva, y se sonrojó visiblemente antes de decirme-: Tú eres mi valor, Lanna.
De repente sentí como si un sentimiento muy cálido me inundara el pecho.
-Nunca me habían dicho algo así, Jack -murmuré, halagada, y un poco cortada.
-Es lo que siento -me confesó sin más.
Me acercó hacia sí mismo apretando más su abrazo. Apoyé mi frente en la suya, y le sonreí.
-Te quiero -le dije, simplemente.
Me miró extrañado.
-¿Como amigo? -pregunté, en un susurro-. Como algo más. Mucho más.
Jack se me quedó mirando. Le sonreí inocentemente, esperando una respuesta.
-Yo también te quiero -me respondió al fin.
Me refugié en su pecho, y cerré los ojos, pero no pude dormir. Estuve hasta bien entrada la madrugada disfrutando de él, de su abrazo, de su presencia, y del calor que desprendía, hasta que me dormí. Aunque eso después de que oyera su respiración hacerse más fuerte, señal inequívoca de que se había dormido.
**********************************************
-Y así fue -termino.
-¡No puedes dejar ahí la historia! -exclama Rox.
-Sí, sí -asiente Iris-. Tenemos que saber qué pasó después.
-¿Qué hizo Jack? -pregunta Skai-. ¿Le acompañaste?
-¡Tienes que contárnoslo! -exclaman las tres a la vez.
-Como queráis -sonrío, entre divertida y complacida.

Siento mucho haberme retrasado tanto en publicar, pero es que ni si quiera me acordé. Mañana o más tarde publicaré el último.

Comentarios

  1. Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ^^
    QUÉ MONOS. Pero, ¿qué le pasó exactamente a la hermana de Jack? Tengo curiosidad e.e

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  2. Es tan precioso *-* Me encantan esos dos sisi Estoy deseando saber si Lanna se va a Londres con él y que pasa allí ewe

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